Los policías y el colegio San Ramón

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Por: Ricardo León Aguilar



Dentro de la literatura encontramos muchos policías que han tenido una conducta muy honrosa dentro de su labor. Un típico ejemplo lo podemos ver en la obra titulada “¿Quién mató a Palomino Molero?” de Mario Vargas Llosa. En ella retrata a dos policías, el teniente Silva y a su ayudante Lituma. Estos policías tratan de descubrir un macabro crimen hecho a un pobre campesino. Luego de las pesquisas y contra viento y marea descubren que el asesinato fue hecho por un coronel de una base aérea. Ellos tienen la bizarría de tratar de desenmascarar a tal coronel, que había matado a Palomino Molero, por haberle encontrado en romances con su hija. La historia es fascinante. Una novela policiaca que trata de develar la muerte de un sujeto, pero, que nos trae mucha enseñanza con respecto a los policías. Estos personajes resaltan por la integridad moral que poseen. Pues al final, tanto Lituma como el teniente Silva, fueron castigados destacándolos a zonas agrestes del país, por haberse atrevido a encontrar al asesino de Palomino que terminó siendo el coronel de la base aérea.

Hace unos días, escribí en este mismo medio, sobre la conducta de los policías que han ocasionado diferentes accidentes de tránsito. Pensé que esas acciones eran las más graves que podrían suscitarse. Me equivoqué.

El ataque cobarde y abusivo que ellos realizaron contra los alumnos del colegio San Ramón superó en gran medida los accidentes de tránsito que han ocasionado. Estos supuestos defensores de los ciudadanos, atacaron cobardemente a un sin número de niños y adolescentes que protestaban contra supuesto actos de corrupción. Golpearon con sus palos de policías a los alumnos como si fuesen criminales. Han dejado varios moretones, pero lo que más han dejado es la angustia y la decepción por parte de estos niños que trataron de hacer llegar su voz a la gente de Cajamarca. ¿Acaso por ser menor de edad no pueden tener voz en la sociedad? Es más ¿no pueden reclamar? Claro que pueden. Un adolescente tiene capacidad crítica para exigir que vayan bien las cosas.

Dentro de este problema que ha violado los derechos humanos de los estudiantes de San Ramón, el presidente de la APAFA de ese colegio, declaró brutalidades, pues mencionaba que el mandaba a sus hijos a estudiar y no a tomar el colegio en justo reclamos. Eso se entiende que no los envía para que formen conciencia crítica y menos para ser buenos ciudadanos. Sin embargo aseguro que los estudiantes deben ser críticos y defensores de sus ideas y, cuando no les hacen casos sus reclamos, obviamente tiene que buscar la manera de hacerlo llegar a la sociedad.

Es momento que todos nosotros nos pongamos a pensar, que si no escuchamos a nuestros jóvenes, el Perú se seguirá jodiendo. Pues la estupidez del adulto en pensar que los adolescente y menos los niños jamás tiene la razón no debe ser motor del destino del país. Por mi parte yo les creo a los alumnos de San Ramón y si necesitan alguna vez de ayuda, tendremos que juntarnos todos los que creemos en mejorar y cambiar al país. Y, si para ello es necesario no sólo tomar el colegio sino Cajamarca, estaremos listos para dar el pecho a favor de las próximas generaciones. De la misma manera obligar a los policías a atrapar a las autoridades corruptas y mediocres, sin miedo a las sanciones inmorales, al igual que los personajes de Vargas Llosa.

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