Policías vándalos

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Por: Ricardo León Aguilar

Desde niño, al pasar al frente de alguna comisaría, leía: “el que vive para servir, no sirve para vivir”. Esta frase que la encontramos en casi todos los puestos policiales del país, tiene mucho significado. Al tratar de entenderlo, nos damos cuenta que no hay acción más sublime, en el mundo, que servir. El hecho de arriesgarse por otro, hace loable la vida humana.

Dentro de estas verdades, encontramos el oficio de policía. Estos hombres uniformados entregan al albur del destino su integridad física, pues se enfrentan cara a cara contra la delincuencia. Arriesgan su vida, así como, la estabilidad emocional y económica de su familia.

Para ser policía se requiere primero las ganas de servir, luego jurar lealtad a Dios, Patria y Ley. Que en síntesis se enmarca en un respeto a la legislación y estado derecho. En tal sentido, es obligación, conocer y respetar la ley. Y, también entender, que ellos no hacen ni son la ley y, menos que tienen capacidad y facultad para interpretarla. Tan sólo deben de acatarla y dada su condición, ejemplarmente.

Hace unos días, unos efectivos policiales se encontraron manejando imprudentemente una camioneta policial. Se les ocurrió entrar en sentido contrario en la autopista a Baños del Inca, como consecuencia de ello, produjeron un funesto accidente que ha traído la consecuencia la muerte de una persona.

Estos sujetos que en un primer momento deberían ser los guardianes del orden público, terminaron con la vida de un pobre individuo. La desfachatez de estos granujas, ha llegado a tal punto, que han pretendido justificarse en el dosaje etílico del chofer de la camioneta en la que iba el finado, pese que ellos venían por el lado correcto de la autopista. Inclusive, los altos mandos policiales cajamarquinos, lo toman como un justificante de la ineptitud manifestada al momento de manejar un vehículo por parte de los policías. Claro, como a ellos, ni se les detiene cuando no poseen licencias de conducir que podemos esperar.

Con vistosos anuncios alusivos a que a la policía se la respeta, nos quieren hacer creer el cuento que los dosajes etílicos en la Sanidad Policial, siempre dice la verdad, sin dejar de ser un secreto a voces, que en ese establecimiento, supuestamente, vende los resultados de las pruebas de alcoholemia al mejor postor o, al menos les facilitan unos litros de leche para que reduzcan tales porcentajes de alcohol en la sangre. Sin embargo, el dosaje etílico hecho a los policías arrojó 0% de alcohol en la sangre, sin saber que toda persona debe de poseer cierto porcentaje mínimo de alcohol para poder vivir. Esto no sé si viene hacer un acto manifiesto de corrupción o una asnada de laboratorio.

Lamentablemente estos hechos no embarran únicamente a estos oficiales ineptos y mequetrefes que produjeron tal accidente, sino, a todos los buenos oficiales que resguardan el orden público. Hacen desmerecer incluso el ahogado apoyo que se les hubiese dado ante una posible huelga policial. Realmente este acto que ha sido realizado con policías, que más parecían unos bribones de pacotilla. Debemos de empoderarnos para reclamar justicia a esta institución creada y sostenida por nosotros. Y, hacer que velen por la sociedad y no ser un circo asqueroso de algunos vándalos uniformados que se creen la última chupada del mango al momento de obedecer la ley.

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