Un inglés de sabor Cajacho

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Entrevista a Miguel Garnett por Ricardo León

Conocí a Miguel Garnett en un taller de redacción literaria organizado por el Instituto Nacional de cultura en el año 2002. En aquella ocasión se encontraba frente a jovencitos de 12 a 14 años. Para romper el hielo de su auditorio, lleno de colegiales adolecentes, empezó diciendo: “un hombre a lo largo de su vida debe de sembrar un árbol, escribir un libro y tener un hijo, pero como un curita no puede tener hijos tendré que escribir varios libros”.

Aquello arrancó las risas de todo su auditorio y, todos los colegiales nos entusiasmamos por escuchar a un curita inglés, que andaba en jeans, vestía un polo y usaba gorra que le cubría el rostro y que además pegaba muy bien, pues era cinturón negro en karate. Años después, cuando por azares del destino nos volvimos amigos, me logró sorprender más. Su actitud humilde, inclusiva, de buenos sentimientos, creativa hizo que lo tenga hoy como un maestro y un gran amigo. Hoy doctor honoris causa por la Universidad Nacional de Cajamarca, el cual es un merecido reconocimiento a su trayectoria.

¿Qué sientes al estar más de 40 años en Cajamarca, extrañas a tu primera tierra?

Cajamarca es donde tengo mi casa y mis amigos, es donde me siento realizado como sacerdote y como escritor, es donde gozo de ser parte de una sociedad donde hay muchos artistas. Por supuesto, siempre se siente un vínculo especial con la tierra donde nace, en mi caso Londres, y dijo un sabio del siglo XVIII: “Si te cansas de Londres es porque te has cansado de la vida” Entonces cuando puedo estar en Londres, me siento muy bien, pero ya no es donde me realizo; eso lo hago en Cajamarca.

¿Durante tu estadía que es lo más has detestado de nuestra cultura?

Creo que es la coima endémica y la “viveza criolla” que no es más que una estupidez. Se dice que el vive del zonzo, pero mayormente el vivo vive mal; no sólo engaña a los demás, sino se engaña a sí mismo y resulta ser una persona sin dignidad.

Muchos dicen que eres un multi-oficios ¿pero cuál de todos te gusta más?

Ser sacerdote no es como ser abogado u arquitecto. Es toda una manera de vivir, que afecta hasta lo más hondo de la persona. Siento esto, a pesar de mis fallas. Luego, sencillamente me siento bien, sea escribiendo, pintando, practicando karate, cada cosa en su momento y en oportunidad, como dice el libro de Eclesiastés del Antiguo Testamento.

Te caracterizas por decir lo que piensas, ¿eso te ha traído problemas?

Me mandaron al Perú por haber dicho lo que pensaba y, sin duda, la autoridad eclesiástica que así se quitaba este problema de encima; pero a mí me hizo un favor. En el drama de Hamlet, el viejo Polonio dice a su hijo: “Y, sobre todo sé sincero contigo mismo; esto traerá, como la noche al día, pues no seas falsos con los demás”. Para mí, este es lo que más vale y si te trae problemas de vez en cuando, no importa.

¿Eres bohemio?

La definición de “bohemio” es de una persona inconformista y de vida desordenada que no se ajusta a las convenciones sociales. En mi caso, soy un tanto inconformista, pero mi vida no es desordenada. Hay ciertas convenciones sociales a las cuales no me ajusto y a otras sí. Entonces creo que soy medio bohemio.

Cambiando te tema ¿Qué opinas del proceso electoral en el Perú?

Es como la moción perpetua; siempre se están hablando de elecciones, aún el día después de una elección. Lamentablemente, como en muchas otras cosas en el país, lo que vemos en la democracia es el desorden y la tendencia de pensar que con slogans se puede arreglar el problema de la sociedad.

¿Y el panorama político cajamarquino?

Como en el resto del país, demasiados candidatos que da la impresión de protagonismo personal antes del deseo sincero de servir a la comunidad. Además, salga elegido quien sea, seguramente se va a encontrar bloqueado por una burocracia municipal o regional, donde hay gente nombrada solo sirve para joder.

¿Detestas la política?

La política es de la esencia de la vida social humana; la palabra se radica en la “polis”, la ciudad de los griegos. Entonces no se puede detestarla. Lo que está mal en nuestra sociedad son los políticos profesionales que buscan ser elegidos para servirse a sí mismos y no a la colectividad.

¿Qué opinas del caso Paul Mc Auley? (Caso de Bagua)

Aquí se nota el choque frontal entre el desarrollo económico, con muchas ganancias para algunos a corto plazo, cueste lo que cueste, y el desarrollo más lento en armonía con la naturaleza, que no permiten que todos se beneficien. Además revela una vez más, la arrogancia y la incapacidad de diálogo del gobierno central. Como ya se ha indicado en muchos artículos, la actividad del Hermano Paúl, está en sintonía estrecha con lo que los obispos latinoamericanos han propuesta en “Aparecida” y con los escritos del papa Benedicto.

Tienes una prolífica creación de obras literarias, es más hace poco acabas de publicar una nueva obra, ¿Cuál es tu novela preferida?

Para un escritor creo que cada obra que escrito tiene un a valor propio y es muy difícil distinguirlas entre ellas. Mi última novela “Yo, Cornelio” ha gozado de bastante aceptación por parte de lectores cajamarquinos, personas fuera de Cajamarca y extranjeras como en España, Argentina y los Estados Unidos. Hoy en Cajamarca, la seguimos vendiendo en la librería Alex en la Plaza de Armas y también en ZetaBook Store en el Quinde.

¿Crees que el Cajamarquino lee?

Como es bien cierto, el nivel de lectura en el país es muy bajo. No es que la gente no lee nada, si lee, pero lee la prensa chicha y resúmenes de obras. Es importante no sólo leer, sino también asimilar lo que se lee y reflexionar sobre el, para luego aceptar o rechazar las ideas expuestas. Es por ello que se debe cuestionar las obras en concreto y cemento y debe de haber más inversión en infraestructura, es por ello que vale decir que no sólo de pan vive el hombre, es decir, no sólo de concreto.

La feria de FONGAL

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Por: Ricardo León Aguilar

Hace muchos años los cajamarquinos hemos querido imponer, en el norte, una fiesta espectacular celebrada en el mes patrio. Esta feria, una extensión de las actividades del Fondo de Fomento para la Ganadería Lechera –FONGAL, fue con el transcurso del tiempo reconocida a nivel nacional.

Dentro de Cajamarca, fue considerada un momento de alegría y júbilo en el que los adolescentes, jóvenes y adultos se congregaban al campo ferial para ver a unos cuantos grupos musicales de moda. Este evento que tiene la potencialidad de ser reconocido a nivel nacional, lamentablemente ha ido decayendo año tras año.

¿Por qué ha decaído tanto esta feria? Cuando no se actúa con responsabilidad y veracidad, cosa que con frecuencia sucede en nuestro país, no se logra posicionarse y ganarse un sitial en alguna actividad y es más pierde el prestigio alcanzado. El apresuramiento también juega un papel importante, pues muchas veces adelantamos o afirmamos ciertas cosas que aún están dentro del albur del destino. Esto es lo que ha sucedido en la feria de FONGAL de este año. Y, también vale la pena recordar el bodrio con los músicos que trajeron años pasados, los cuales hasta les acusaron de estafadores a los organizadores de este evento.

Todos los medios de comunicación local, han catalogado como una de las peores ferias de la historia de FONGAL, algo desmesurado a mi opinión, pues es menester también decir que este desastre no creo que se haya hecho de mala intención, sino más bien, por la falta de una buena dirección en la organización del evento; cosa que de seguir así, sí podría ocasionar la muerte de esta singular feria y con ello perder un buen potencial turístico de la región. Pues, basta con haber asistido años pasados para darnos cuenta que este evento es visitado por turistas deseosos de festejar en fiestas patrias.

La región Cajamarca aún se resiste, aunque a duras penas, a ser catalogada como una región netamente minera en vez de ganadera, pues hasta hoy no hemos sabido combinar estas dos fuentes de riqueza, que pueden ser ejes centrales del desarrollo y, más aún, un buen complemento para la satisfacción mutua de estas actividades. La feria ganadera es un buen espacio, si es que se sabe aprovechar, para que por lo menos una vez al año, se pueda ver y sentir que Cajamarca aún tiene tradición ganadera y potencial turístico que pueden ser explotados simbióticamente.

En esta época en la que está de moda enorgullecernos por nuestro país, debemos de comenzar a construir un orgullo regional, difundir nuestros patrimonios históricos, nuestra comida así como nuestras fiestas, que deben de ser parte primordial para promocionar a la región y así obtener más afluencia de turistas.