Elecciones 2010, un dolor de cabeza

|

Por: Ricardo León Aguilar

La campaña electoral ha empezado. Las paredes cajamarquinas se encuentran atiborradas de pintas y fotografías gigantes de diferentes aspirantes a algún cargo político. Muchos de ellos, con verdadera y reconocida trayectoria en favor del pueblo de Cajamarca. Otros, tan sólo con el ánimo de figurar.

Quiero centrarme en el panorama político local.

Dentro de la provincia encontramos a un supuesto partido político de trascendencia nacional que más parece jaula de fieras, en las cuales todos quieren sacarse los ojos. Si bien es cierto, dentro de los mismos partidos es importante que se desarrolle una democracia para elegir sus representantes, pero eso no significa hacer un pandemonio de estos procesos.

La voluntad humana también es férrea cuando se busca un sueño, no importa la edad y menos la responsabilidad que se tiene para arriesgarse a postular a un cargo político, especialmente cuando se compite en edad con Matusalén. Si bien es cierto que al candidato septuagenario (ex alcalde matarino), nada le impide postular, pero es necesario siempre ser responsables al momento de pretender ostentar un cargo. Debemos de ser consientes de nuestras fuerzas y estado físico si queremos conducir a una localidad.

De la misma manera pensar en llegar a la alcaldía, por el apellido de la familia y más por logros en gestiones ajenas, es una muestra clara de cinismo y falta de personalidad. Es necesario llegar a un puesto, sea político o no, por méritos propios y no como se pretende en la actual escena política, por méritos de otros, aunque sean nuestros “tíos”, algún otro familiar o porque alguna avenida tenga nuestro apellido.

Los planes improvisados de gobierno municipal lo tenemos a la orden del día. Para cada lugar que visitan se les ocurre una nueva promesa, aunque saben que jamás lo podrán cumplir. Esta simplicidad de planteamientos se origina por el desconocimiento que poseen los candidatos de la provincia. No basta saber que tenemos 12 distritos, y que el distrito más alejado es Cospán o que el más pobre es Chetilla, sino que deben de saber la estructura social de cada realidad. Para realizar promesas y elaborar un plan de gobierno, no se debe basar en las palabras de un asesor o de la lectura de un libro, sino más bien del acercamiento real y concreto de la gente del lugar. Es por ello que si el candidato tiene una visión sesgada porque ha vivido toda su vida en Lima o en un pequeño distrito (sin menospreciar el trabajo realizado) jamás servirá como cabeza política de la conducción de un gobierno municipal.

Los ciudadanos, que al menos somos consientes, que viviremos algunos años más en esta localidad, debemos de estar atentos para que cualquier simplón no llegue al poder, pues de nuestra buena elección dependerá no sólo nuestra vida, sino la vida de nuestros hijos y nietos.

0 comentarios:

Publicar un comentario

Todos los comentaros con mesura, para que no sean borrados.