Los fundadores del COREJU

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Por: Ricardo León Aguilar

Hace pocas semanas se ha constituido el tan ansiado Consejo Regional de la Juventud. Esta institución muy necesaria para la representatividad juvenil, debe ganar legitimidad en todos los jóvenes cajamarquinos, agrupados o no a organizaciones sociales. De la misma manera no sólo debe quedar en un grupo de amigos autoproclamados líderes que sustentan su supuesto liderazgo con certificaditos extranjeros, que sólo tienen valides en las mentes insanas con problemas de autoestima.

El COREJU, así llamado este novísimo ente, no es creación única ni copia del trabajo organizativo de alguna institución en especial; sino, el pedido desesperado de jóvenes por tener una representatividad dentro de los órganos de gobierno. Viendo las últimas cifras censales, nos damos cuenta que la población juvenil, por así llamarla, ha crecido exorbitantemente en toda la región Cajamarca. Este aumento poblacional trae como consecuencia que el Estado, representado en los gobiernos regionales y locales, pongan en su agenda de turno, políticas que favorezcan a este numeroso sector. Sin embargo, tampoco es verdad que el gobierno promocione o avale estos esfuerzos por el simple hecho que se ha vuelto altruista e inclusivo, pues el principal motor y motivo de reconocer la representatividad de los jóvenes, es que sin lugar a dudas se han convertido en actores económicos muy importantes. Un fuerte sector empresarial en las que convergen tanto las micro y pequeñas empresas, son constituidas por jóvenes. De esa manera, el Estado, no puede descuidar a este sector que resulta muy provechoso para el aumento de los ingresos del fisco.

Pero, aquella descripción es tan sólo una cara de la moneda, ya que también tenemos a jóvenes que no poseen la misma capacidad económica que los anteriores. Este sector juvenil ha sido por siempre el más excluido, utilizado sólo en campañas políticas, no para escuchar sus ideas, sino para trabajar de pintores ad honoren de publicidades electorales. Empero, este grupo son los gestores y fundadores más palpables del COREJU, pues sienten que esta organización, fundada en la ciudad de Jaén, es su única voz hacia las autoridades. Esto debe de hacer que mantengamos los ojos bien abiertos con la finalidad de garantizar que este nuevo espacio juvenil no sean un creación para favorecer a un grupo de personas o a intereses políticos personales; sino más bien un espacio de concertación en el que se discuta la problemática de los jóvenes, las oportunidades que les debe de brindar el Estado, para que así puedan ser parte de un verdadero desarrollo sostenible, siendo incluidos en las políticas gubernamentales de la región.

Necesitamos hoy en día fortalecer la participación juvenil, pues de ellos depende y dependerá el sostenimiento del país. No necesitamos jóvenes que se les escuche tan sólo por compromiso o por intereses políticos y económicos, sino escucharlos porque hemos internalizado y comprendemos que ellos serán los gestores de una verdadera patria y de un nuevo, moderno y civilizado país.

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