A dónde encaminar mi voto

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Por: Ricardo León Aguilar


Estas elecciones son las primeras en las que voy a emitir mi voto para elegir a un presidente. Esta situación, me ha emocionado de manera especial, pues siento que sobre mis hombros descansa una responsabilidad enorme del destino del país. Sin embargo sé que mi voto será uno más de los millones que al final decidirán el futuro del Perú, pero ello no exime que mi voto sea igual importante.

Algo que no comparto con la gente es cuando escucho que su voto será “viciado” o en “blanco”, esta gente cree que con el simple hecho de arruinar la cédula de sufragio les quita la responsabilidad ante un eventual mal gobierno, es más, dicen con altisonancia, años más tarde, que ellos viciaron su voto y en tal sentido no se sienten responsables de los desastres políticos e institucionales que puede caer el país.

Por otro lado, la decisión de elegir a un preferido dentro de un ramillete de candidatos es una decisión que en la actualidad se ha convertido en compleja, pues hoy los candidatos tienen un plan de gobierno y discurso de plazuelas totalmente distintas, al parecer tratan de quedar lo mejor posible en el lugar en el que se encuentren. De seguro no tienen el mismo discurso cuando hablan con los representantes de la CONFIEP o del Grupo Romero y cuando hablan con dirigentes aimaras y quechuas en el sur del país.

Este panorama que me emociona, también me deja lastimosamente triste al ver que hoy no tenemos buenos candidatos como para sentir que estaremos bien gobernados. Inclusive como el máximo de lo absurdo tenemos postulando a la hija de Alberto Fujimori Fujimori, con el simple propósito de liberar a su criminal padre. Hoy Keyko Fujimori sale con slogans de acabar con la delincuencia, ante ello y debido a su vasta experiencia nos preguntamos cuantos estudiantes desaparecidos, campesinos asesinados e inocentes ultrajados costará su nueva promesa.

Es inmoralmente reprochable que alguien vote por el partido político que está comprobado que fueron el gobierno más corrupto de la historia del país, aparte del partido de la estrella, además que fue una dictadura que mutiló la paz social del Perú e hizo crecer la brecha entre ricos y pobres. Hoy ésta triste candidata con sobre peso, pretende hacernos olvidar lo nefasto que fue el gobierno de su padre.

Aunque en un principio me fue difícil decidir por quién votar, al menos si sabía por quien NO votar, pues jamás votaría por esta gorda antipática hija de un dictador. Y hoy me atrevo a decir que el análisis de Jaime Bayly publicado en su columna semanal carece de todo sustento consiente y lógico, pues al apoyar a esta señora Fujimori, olvida y desconoce toda la lucha que enfrentamos (ricos y pobres) por sacar del gobierno al “fujimontesinismo”.

Es hora de repensar nuestro y voto y hacer algo bueno por el país y no someterlo a otra tortura dictatorial por parte del clan Fujimori.

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