La Esperanza de Cajamarca

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Por: Ricardo León Aguilar

La acepción más difundida de la democracia es la que nos remonta a su construcción semántica griega, es decir la que la limita al significado del “gobierno del pueblo”. No obstante esta definición, no tan técnica para la Ciencia Política moderna, basta para poder entender el proceso de las elecciones que han pasado.

La expectativa en Cajamarca está latente con respecto a las nuevas autoridades electas, tanto del Gobierno Regional como de los municipios. Las elecciones pasadas estuvieron cargadas de sorpresas a nivel legislativo como de fenómenos sociales dignos de estudio sociológico (en especial en las elecciones municipales).

Por un lado, los congresistas que ya van de salida, establecieron la llamada “segunda vuelta” para elegir a los Presidentes Regionales, esta ley que en un principio daba a entender que se dirigía contra algunas candidaturas regionales, en especial de izquierda, terminó siendo la misma espada desenvainada que derribó las maquinaciones de los grupos de poder dominantes. Un claro ejemplo de ello es lo que sucedió en nuestra región, en la que ganó don Gregorio Santos Guerrero, un líder izquierdista que ha tenido un gran mérito de coherencia entre su discurso y sus actos. Sin embargo, algunos medios que ya parecen que les importa un bledo la democracia o que tienen poco conocimientos de lo que es (alguna revistilla, específicamente en su edición del mes de diciembre del año pasado), pese a sus pomposas amistades, o lo que es peor que al ojearla parece que se esté vendiendo editoriales, atacan al presidente regional acusándolo de muchas infamias que al terminar de leerlas, uno determina que no son más que penosas especulaciones sin base. Las afirmaciones vertidas en aquellos medios no son más falsas que maullido de gato encerrado, lo que me hace dudar de la capacidad de investigación mínima que debe tener un periodista o en su defecto de haber estado presentes y analizando los signos de los tiempos en Cajamarca.

Estas actitudes, no tan responsables, de ataque mal intencionado, me hacen sentir que hasta hoy los cajamarquinos, no tengamos claro a dónde queremos llegar. De seguir así, lamentablemente no vamos a ir muy lejos, ni como provincia ni como región. Por lo menos debemos de mirar de forma diferente cuando hay situaciones políticas que difícilmente se presentan en nuestra era, pero que en Cajamarca hemos llegado, es así que deberíamos poner un poco del hombro y ayudar a concretar los proyectos de gobierno y, con mayor razón, si tienen aires nuevos y se engarzan en un proyecto político reivindicatorio de los más pobres.

Al trabajar conjuntamente la sociedad civil y los gobiernos, vamos a consolidarnos como una región que sale adelante, pues la esperanza que muchos tenemos ante nuestra actual situación es profusa y estamos convencidos que si todos somos críticos con ojo bueno, vamos a ver que cualquiera sea la política o plan de gobierno, será en bienestar de todos.

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