Un sueño izquierdista

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Por: Ricardo León Aguilar

Es “casi” un sueño, de los que nos sentimos izquierdistas, poder ver a un presidente electo que no sea un enjuto muñeco de la clase social alta, que se mueve al ritmo de cenas de media noche en la que se quiere tejer el futuro del país a costa del sufrimiento de las clases sociales menos favorecidas. El hoy presidente Ollanta Humala Tasso si bien es cierto no es un candidato formado en las trincheras socialistas tiene el gran logro el saber cómo cohesionar a los grupos progresistas para poder así lograr la gran buscada concertación social. Esta concertación tiene como meta utópica lograr una adecuada redistribución de la riqueza, lo que significaría que los pobres también comamos pan y no sólo sean los ricos quienes se llenen los estómagos con el trabajo de la clase proletaria del Perú.

Hace unos días, un amigo de Lima me decía: “…en Cajamarca abunda el dinero, mira los carros nuevos, el costo de las cosas, las tiendas…”, claro si tenemos una vista tan cortar cual mirada de caballo ensillado, no podríamos ver que la gran cantidad de riqueza en Cajamarca está mal redistribuida en toda la provincia y región. Claro ejemplo de ello es Chetilla, que como distrito cajamarquino e ícono de identidad cultural aún no supera los índices de desarrollo humano (IDH) mínimos para salir de la pobreza. Por su lado Cospán sigue preso de su geografía y sin que lleguen proyectos viables y sostenibles en el tiempo para mejorar la vida de sus pobladores. Sin ir muy lejos en el mismo Baños del Inca, considerado uno de los balnearios más importantes del país -aunque la verdad no me explico por qué, pues la infraestructura es pésima y no se tiene al menos un mugre museo para visitar-, la gente de a pie sigue siendo tan pobre como lo fue hace 500 años atrás, momento en el cual fue arrebatado toda riqueza oriunda de nuestra tierra.

Hoy tengo en la memoria el poema de Manuel Ibáñez Rossasa, titulado “Cuarto de Rescate”, que en unos de sus versos cuenta magníficamente la historia de un campesino en la que de seguro corre sangre Inca pura y posiblemente sea descendiente de la gente que hace más de medio siglo comía en vasijas de oro, pescado fresco y se endulzaba con fruta de la costa, pero que hoy su suerte ha hecho que con la mano estirada pida limosna a la puerta del símbolo de toda la opresión europea en América, el Cuarto de Rescate, que pese a que fue llenado miles de veces, jamás cumplió su objetivo de rescatar a Atahualpa.

Sin embargo, el panorama regional y nacional me llena de esperanzas puesto que con los líderes que hemos colocado en el poder, me hace pensar que pronto lograremos la liberación real de la sociedad en especial de nosotros, los pobres. Estoy seguro que pronto veremos una verdadera redistribución de la riqueza en Cajamarca, que si hoy nuestros minerales vienen siendo negociados en bolsas de valores tan importantes como la New York, y que algún conflicto social en nuestra región logra cambiar el precio del oro, es momento que también todo ello se vea reflejado una mejora de vida de las personas que al menos vivimos y pensamos vivir por siempre en esta maravillosa tierra del cumbe.